Todo eso cambió, cambié mis libros de ciencia ficción por libros acerca de lactancia y maternidad. Más tarde cambié mi bolso de mano por una bolsa llena de pañales, toallitas, cremas y un montón de "por si acasos" cambié mi trabajo de 8 horas fuera de casa por uno de 24 horas a tiempo completo. Cambié los momentos de relax en el sofá por cosquillas, cuentos, meriendas, comidas, cambios de pañales, vasos de agua, pupas, "curas sanas", besos, caricias y más besos... y cambié el leer hasta altas horas de la madrugada, al no pasar de la palabra "prólogo" sin antes acabar completamente rendida de cansancio y sueño, pero no sin antes rezar por dormir un par de horitas seguidas.
Cómo cambia la vida! Cada etapa es única y especial. Y por muy cansada que esté y por las veces que echo de menos el "yo" sólo pediría una cosa no tener que echar de menos estos momentos, el que mis hijos se quedaran siempre así pequeños conmigo! Aunque no pueda volver a leer nunca más. Dentro de muchos años las risas y cosquillas en el sofá no serán más que un recuerdo. Y entonces volveré a revivir este momento pero será alrevés, con un libro en la mano y recordando cuando no podía tenerlo.
Me encanta leer, pero me gusta más ser mamá.
Que recuerdas con nostalgia de antes de ser mamá?
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Hasta el próximo post!!
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